“El estrés es una respuesta normal del organismo frente a las demandas del entorno, pero cuando estas se convierten en amenazas constantes, podemos poner en peligro nuestra salud.
¿Cómo se puede desencadenar la ansiedad?
De hecho, el estrés está entre las causas de enfermedades tan habituales en nuestra sociedad como los trastornos cardiovasculares, los accidentes vasculares cerebrales, los ataques de ansiedad o las enfermedades pulmonares crónicas”, asegura el psicólogo Xavier Torres, coautor del libro de reciente publicación El estrés. El doctor responde (Amat Editorial).
¿Cómo manejar la ansiedad?
Hacer una dieta consciente: Está demostrado que ciertos alimentos pueden ayudar a equilibrar los niveles de cortisol y adrenalina que desatan los episodios de estrés. “La clave está en tomar alimentos antiinflamatorios y ricos en componentes que estimulen y fortalezcan nuestro sistema nervioso e inmunológico”, según la experta. ¿Cuáles? Los alimentos ricos en vitaminas A, C y E (cítricos, frutos rojos, zanahoria, calabaza, tomate, brócoli, espinacas, pimiento, cebollas, aceite de oliva virgen extra, yema de huevo, frutos secos y algas), que ayudan a evitar la formación de radicales libres. También los ricos en vitaminas del grupo B, que fortalecen el sistema nervioso central y tienen un efecto relajante, como la levadura de cerveza, los lácteos, la carne, los cereales, el aguacate, el repollo y las judías verdes. Y, por último, aquellos ricos en minerales (magnesio, calcio y potasio), como el plátano, el aguacate, las patatas y las hierbas aromáticas. Eso sí, “proporcionar un entorno agradable y tomarse la comida con calma hará que el resultado sea aún mejor.”
Practicar algún deporte: “Está comprobado que es una gran fuente de energía y por más pereza que nos dé ponernos a entrenar a primera hora de la mañana o después del trabajo, hacer al menos 45 minutos de deporte al día (da igual el que elijas el caso es moverse), marca la diferencia entre ser una persona vigorosa o todo lo contrario”, asegura la cofundadora de The Holistic Concept. Es más, “algunos deportes pueden ayudar a ordenar y ampliar la capacidad pulmonar, beneficios que se notarán no solo en la performance deportiva, sino en cualquier actividad que realices, incluida la intelectual.”
Practicar la aceptación: Al ser humano no le gustan los cambios. “A muchas personas les ha costado lidiar y tolerar la enorme transformación que ha sufrido nuestro estilo de vida a gran escala; nos guste o no, las cosas son como son y enfadarnos con la realidad no hará que se modifique ni una coma de lo que ha ocurrido”, apunta Carla Sánchez, cofundadora de The Holistic Concept y experta en bienestar y gestión del estrés. Por lo que, esta experta propone cultivar la aceptación y soltar lastres. “Para lograrlo, es básico desapegarnos de la idea de cómo eran las cosas antes, aunque ese antes sea muy cercano. Aceptar la incertidumbre como algo natural le quita poder y nos hace más libres, es una práctica terapéutica.”
Acortar las jornadas: “Para mantener nuestro equilibrio individual es necesario establecer límites claros en el trabajo y proteger el área privada de nuestras vidas, algo básico si queremos preservar la salud mental”, advierte la experta en bienestar y gestión del estrés. Además hay un error de base en la creencia de que trabajar y rendir al máximo implica dejar de disfrutar de momentos de relax. “Es importante aprender a desconectar al final del día. Cuando por fin cerramos el ordenador ese tiempo es todo nuestro y hay que dedicarlo, en la medida de lo posible, a hobbies, diversión y descanso en el formato que más nos guste. Igualmente, los fines de semana son sagrados, mejor aprovecharlos para desenchufar del todo y hacer curas de sueño, ocio, naturaleza, deporte… Es una fórmula infalible que ayuda a empezar cada semana con mucha más energía y buen humor”, asegura Clara Sánchez.
Cuidar la salud emocional: Hay que plantearse esta situación como una oportunidad para identificar y afrontar los problemas y aquí entra en juego la resilencia (capacidad que tiene una persona para superar situaciones traumáticas). “Atender nuestras emociones se ha convertido en una necesidad de primer orden. Sin conexión con la emoción no hay resiliencia. La emoción nos fortalece y nos prepara para la nueva realidad, sea cual sea”, cuenta esta experta. ¿Qué podemos hacer? Aceptar nuestros sentimientos, cambiar con los acontecimientos y expresar nuestros sentimientos sin miedo al rechazo. “La inteligencia emocional no puede ser una debilidad, sino un músculo que podemos fortalecer cada día.”