La lazada al cuello domina las blusas de la temporada. Numerosos diseñadores se han puesto de acuerdo para convertir este detalle en el imprescindible del otoño y las grandes cadenas ya comercializan sus propuestas asequibles. Pero más allá de ser una declaración de estilo, esta tendencia tiene una lectura oculta.
blusa satinada de Gucci
Existen dos teorías para explicar por qué este lazo es conocido en inglés como pussy bow. Mientras que algunos expertos aseguran que es una abreviatura de pussycat bow (lazo de gatita, en referencia a los collares que suelen llevar estos animales), otros hacen una lectura feminista. Esta, estampada con lunares negros, es de Jason Wu.


Eso, sumado al furor que despierta este otoño la década de los 70, donde se hicieron especialmente populares de la mano de Saint Laurent, explica la plaga de blusas, camisas y hasta vestidos con pussy bow que nos invadirá los próximos meses. Sobre estas líneas, uno de los ejemplos firmados por Sandro.

Las versiones de esta prenda son muchas y muy variadas. Mientras que la mayoría parecen ideadas para ir a la oficina, otras pueden resultar una opción interesante para acudir a un evento. Un buen ejemplo es esta de color rosa firmada por Valentino.

Las blancas de estilo victoriano que incorporan jaretas, volúmenes y todo tipo de ornamentos también son tendencia. Ganni está detrás de esta con mangas abullonadas.

Grandilocuente y negra, perfecta para combinar con unos simples vaqueros. Es de Zara.