Si hay algo que es cierto sobre la moda es que cada prenda es una búsqueda por destacar de entre todo y todos los demás. Muchos eligen cautelosamente su ropa para asegurarse de enviar el mensaje correcto: “ésto que ves es diferente porque yo soy diferente”. Y no sólo ponemos ese cuidado en nuestro atuendo, sino en las palabras y las imágenes que compartimos en las redes sociales, los lugares a los que vamos a comer, las películas que vemos, la música que recomendamos; en fin, hoy en día hay muchísimas posibilidades para decirle al mundo que hay algo especial en nosotros. ¿Pero no resulta contraproducente anunciar nuestra individualidad en un mar de personas que claman exactamente lo mismo? ¿No son las tendencias de la moda una manera de uniformarnos?
En respuesta a estas preguntas es que surge el Normcore, un estilo que se rehúsa a seguir las tendencias. Vaya, incluso podríamos llamarle un “no estilo”. El término es una mezcla de las palabras “normal” y “hardcore”, e irónicamente fue acuñado por un grupo neoyorquino de predicción de tendencias de moda, K-HOLE, en el año 2014. Las prendas unisex, la atemporalidad, el minimalismo, la comodidad y la sencillez son las características fundamentales del normcore. Se trata de no vestirse para destacar, sino para que la ropa cumpla su función más básica, al tiempo que se emite el siguiente anuncio: no somos especiales, somos como todos los demás.
Otra de las características del normcore es que recupera ciertas prendas de otras décadas que parecían olvidadas, sobre todo de los 90. Los atuendos que aparecen en la comedia televisiva “Seinfeld” son ejemplos claros de ese look casual y descuidado que pretende esta moda. Si rescatas algunas de las prendas de tus padres o visitas el centro comercial y compras las prendas que menos destaquen, podrás lograr este estilo. A pesar de la aparente sencillez del normcore, muchos diseñadores han decidido retomar la esencia del estilo y llevarlo a la alta costura. Calvin Klein, Céline y Chanel son ejemplos de marcas que llevaron a las simples camisetas blancas a las pasarelas más reconocidas. Pero no te dejes intimidar por estos nombres, el verdadero atuendo normcore no requiere de la validación de una etiqueta.
Lo más interesante y paradójico de este estilo es que se manifiesta como una forma de utilizar la ropa sin ser parte del consumo masivo, apuntando hacia lo sustentable. Ésto hace que la expresión de la identidad personal surja como idea original; sin embargo, la contradicción recae en que a la hora de vestir esta anti-tendencia se convierte en tendencia.
A continuación añadimos una guía breve de las prendas básicas que debes agregar (o rescatar) en tu guardarropa si quieres capturar el estilo normcore. Recuerda que como estas prendas son básicas y atemporales, conviene invertir en piezas de calidad, ya que te durarán muchas temporadas y será fácil combinarlas y crear nuevos atuendos.
Pantalones a la cintura
Retomando la tendencia de la década de los 90, los pantalones rectos y a la cintura son un elemento fundamental del normcore.
Suéteres de talla grande
En colores neutrales y sin estampados, los suéteres y sudaderas oversized (una talla más grande) son una opción cómoda para añadir a tu atuendo.
Zapatos deportivos
Los tenis retro combinados con vestimenta formal son una mezcla que domina en el normcore.
Mezclilla en todos lados
La mezclilla es uno de los materiales más universales y básicos en la historia de la ropa. Los pantalones, las camisas y las faldas a la rodilla con silueta “A” son elecciones populares entre los seguidores de este estilo.
Camisetas genéricas
No podemos olvidar las camisetas de algodón en corte “T”. Llena tu guardarropa con estas prendas en colores neutrales, como blanco, negro o gris. Tener piezas tan básicas te permitirá combinarlas sin mucha preocupación y hacer un efecto de capas que no te fallará.
Por Mariana Ordóñez