El gigante del fast fashion, Forever 21, explora alternativas para reestructurar su deuda e impedir ser una víctima más del apocalipsis retail.
Medios especializados señalan que la falta de liquidez en la marca minorista, aunado a la deuda que tiene, impide mantener a flote la empresa. Para tratar de salvarla, han estado en conversaciones para obtener un financiamiento adicional y reestructurar la deuda.
“La compañía está en conversaciones con la firma de capital privado Apollo Global Management para lograr financiamiento en caso de que se declare en bancarrota”, publicó CNBC este martes, explicando que la marca, una de las más relevantes del fast fashion, “lucha por mantener su negocio”.
De acuerdo con Bloomberg, la declaración de bancarrota ayudaría a la marca a eliminar tiendas no rentables y recapitalizar el negocio, pero por otro lado significa un problema para los propietarios de centros comerciales en Estados Unidos, y es que la tienda de ropa es uno de sus mayores inquilinos, y el cierre de tiendas los perjudica. Cabe señalar que no se descarta un acuerdo de última hora con los prestamistas.
Forever 21 se fundó en 1984, se expandió por todo Estados Unidos y actualmente se encuentra en Europa, Asia y América Latina. De acuerdo con Forbes en las 800 tiendas en el mundo hay 30 mil trabajadores.
El objetivo siempre fue que no se compraba ropa sino una experiencia, una idea de autenticidad, algo que implicara que para la juventud ninguna otra firma le podría brindar y que en el actual mercado parece haber sido olvidada.