Cuando pensamos en fitness nos vienen a la mente los ejercicios físicos para ponernos en forma, pero ¿qué pasa con nuestro interior? Para conseguir un bienestar integral llegó el fitness emocional, una forma de trabajar el cuerpo y la mente al mismo tiempo.
Para obtener resultados al ir al gimnasio, no basta con sudar hasta el cansancio en pesas y cardio, también depende mucho de nuestro estado emocional, por eso este nuevo enfoque del ejercicio busca equilibrar ambas partes.
El fitness emocional combina la psicología y el deporte para alcanzar una sensación de bienestar integral, partiendo de la creencia de que es imposible que un ser humano cambie sus hábitos alimenticios y se ejercite si no sabe de dónde viene su ansiedad y no tiene incorporado el valor de la disciplina.
Esta disciplina trabaja sobre cuatro pilares fundamentales: el ejercicio, la programación neurolingüística, el body balance y la nutrición. El fin es modificar cualquier pensamiento negativo para darle paso a ese bienestar, sobre todo al momento de realizar una actividad física.
Beneficios del fitness emocional
Entre sus ventajas están el lograr resultados de forma eficaz y a largo plazo, ya que al tener un buen estado emocional y pensamientos positivos es más probable que alcances tus objetivos o hagas ese esfuerzo extra, y que ese cambio interno permanezca y siga siendo una motivación en el futuro.
Además, aseguran que bajas de peso más fácil y es menos probable el temido rebote, y tendrás una mejor calidad de vida.
El coaching es la base del fitness emocional
Para poner en práctica el fitness emocional hay que dar antes una serie de pasos que ayuden a modificar ese estilo de vida negativo, y el primero es buscar a un experto de confianza capaz de ayudarte a fortalecer tus aptitudes emocionales.
Entre las actividades que te ayudan a mantener el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, se encuentran la meditación, yoga y pilates, que te ayudan a conectarte con tus emociones y escuchar a tu cuerpo.