El tiempo siempre ha corrido en contra de la princesa Eugenia de York. Primero, el protocolo real le obligó a retrasar varios meses el anuncio de su compromiso para que no coincidiera con el de su primo Harry y Meghan Markle.
Y cuando por fin les tocó casarse en octubre de 2018, su gran día dejó una pequeña sensación de déjá vu entre los asistentes ya que el lugar escogido para la ceremonia, el castillo de Windsor, fue el mismo en el que los Sussex se habían dado el ‘sí, quiero’ en mayo de ese mismo año. Es lo que tiene ocupar un puesto inferior en la línea de sucesión al trono: te guste o no, tienes que ceder tu sitio a los que van delante de ti.

“Su alteza real la princesa Eugenia y el señor Jack Brooksbank están encantados de anunciar que están esperando la llegada de un bebé a principios de 2021. El duque de York y Sarah, la duquesa de York, el señor y la señora George Brooksbank, la reina y el duque de Edimburgo están emocionados con las noticias”, anunciaba esta mañana el palacio de Buckingham en un comunicado solo unos minutos antes de que los futuros padres hicieran lo propio a través de sus redes sociales.
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