
Todas las generaciones necesitan su propia adaptación de Mujercitas. La más reciente, firmada por Greta Gerwig, conseguía algo que no hicieron sus predecesoras, ni siquiera la novela, y es que nos identifiquemos con el personaje de Amy (interpretado por Florence Pugh) casi tanto como con Jo (Saoirse Ronan). Por más años que pasen, por más lejanos que queden ciertos códigos, este clásico de la literatura estadounidense es a la biblioteca, lo que el collar de perlas al joyero o el vestido negro al fondo de armario. A la vez, un básico y un bien muy preciado. El mejor regalo que le puedes legar a la siguiente generación con la certeza de que nunca pasará de moda. Tampoco lo harán Mathilda de Roald Dahl o Jane Eyre de Charlotte Brontë, si seguimos hablando de libros, como tampoco lo hará el vestido de inspiración oriental que, desde los años 50, aparece cíclicamente en las tendencias si cambiamos de tema a la MODA con mayúsculas. Todas las generaciones necesitan su propia adaptación del qipao y en 2020, la tuya está en Zara y en Mango.
· Generación Hollywood

Como en la versión de Katharine Hepburn, el vestuario de Grace Kelly en Alta Sociedad es soberbio y exagerado. En los años dorados de Hollywood, el cine, más que una representación verosímil de la sociedad, se planteaba como una fábrica de sueños y cuandos las niñas cerraban los ojos, deseaban muy fuerte, todo su armario, pero en especial, el vestido con el que la actriz recogía su último premio un mes antes de convertirse en la futura princesa de Mónaco. Lo hacía con un vestido plateado como los que tanto le gustaban a Elizabeth Taylor. Ambas habían descubierto la indumentaria tradicional china gracias a sus rodajes en los años en que el qipao se exportaba de Shangai al mundo.
· Generación moda

A falta de Instagram, las adolescentes recortaban las revistas; a falta de Zara, le pedían a su modista de cabecera que replicara aquel vestido que habían visto en un editorial o en la televisión. Lo llevaba la primera modelo afroamericana en ser portada de Vogue USA y parecía venir de ese lejano mundo oriental separado por el telón de acero.
· Generación street style

Las dos mujeres mejor vestidas de toda Italia desfilaron durantes muchas temporadas sus propuestas por todas las Semanas de la moda antes de sacar su propia marca The Attico, para que el resto de los mortales pudiéramos aspirar a llevar como ellas los vestidos de plumas y los kimonos.
· Generación alfombra roja

En Una proposición indecente, Robert Redford besa a Demi Moore antes de que la pantalla funda a negro y nos quedemos con la misma duda que Woody Harrelson: ¿qué pasa después? Aunque la otra gran pegunta en el aire es: ¿es ese el mismo qipao que llevaste a los premios MTV de 1992? Avalado por Galliano como el vestido de moda, el vestido mandarín se popularizó en esta década gracias (oh, sorpresa) a su amiga Kate Moss y a todas las que lo defendieron después, no como ejemplo de apropiación cultural sino de sincretismo. Madonna, Gwyneth Paltrow, Nicole Kidman…
· Generación it girl

Si hay una discípula ejemplar de Kate Moss esa es Alexa Chung que unió dos conceptos clave del armario de la modelo en un mismo estilismo para Glastonbury: las botas de goma y el vestido chino. Éste último uno de sus favoritos (y de sus básicos) por los siglos de los siglos.