Cuando dos formas artísticas se juntan aparece la magia. Dos mundos que persiguen el mismo objetivo: jugar con las formas y crear belleza sin sacrificar la funcionalidad. Han sido muchos los momentos en los que la moda y la arquitectura se han topado de frente y han trazado un camino común desde el que retroalimentarse. Las curvas, el volumen, la necesidad de crear belleza sumado al interés por las nuevas técnicas que hacen de la tecnología un nuevo trampolín desde el que crear diseños, hasta ahora impensables, son los ingredientes en común que toman ambos mundos artísticos.
Nos encontramos en un punto en el que los diseñadores de moda crean diseños arquitectónicos y arquitectos diseñan edificios fluidos. Dos conceptos que se intercambian, buscando esa conexión e inspiración traspasando lo que, convencionalmente, era del otro. La moda y la arquitectura han tenido también como objetivo principal proteger al ser humano. Ese ha sido su fin esencial, hasta que nuevos diseños demuestran poder ir más allá de lo funcional.
No se puede hablar de arquitectura y moda sin mencionar al «arquitecto de la Alta Costura»: Balenciaga. El diseñador español tenía una obsesión especial con el volumen creando formas que construían el cuerpo de la mujer. Incluso muchos de sus diseños pueden sostenerse por sí mismos como si de esculturas se tratase.
Alexander McQueen e Iris Van Herpen (sus zapatos en la fotos de portada) no podían faltar a la hora de hablar de diseños arquitectónicos, pues sus diseños inimaginables nos sorprenden continuamente, incorporando nuevas técnicas como la impresión 3D que hace posible creaciones con volúmenes tan especiales que son verdaderas esculturas. Cualquier arquitecto puede ver en ellas nuevos patrones e inspiración para seguir. Los edificios más reconocidos a nivel mundial han servido también de inspiración en el diseño de nuevos patrones como los vestidos de novia de Viktor & Rolf donde podíamos encontrar referencias arquitectónicas tan prestigiosas como Sydney Opera House del Pritzker de 2003 Jørn Utzon.
Viktor & Rolf